El rey Asuero realizo un festín para todos sus oficiales. El rey que para celebrar su poder y mostrar su reino, hizo una fiesta de 180 días, y terminando esa fiesta, continuo con una semana más. Un rey que festeja sin límites y unos invitados que aprovechan la fiesta, mostraban al parecer un clima de alegría, pero una mujer de buen carácter se niega al pedido insensato de su marido, dejando vacante el puesto de la reina. “Más la reina Vasti no quiso comparecer a la orden del rey enviada por medio de los eunucos: y el rey se enojó mucho, y se encendió en ira.” Ester 1:12
Amigo y amiga que lees esto, al iniciar este este año 2020, seguramente hemos hecho una lista de todo lo que tendríamos para hacer este año. De paso, cuando estábamos ya en la cuarentena y faltaban pocos días para que terminarán esos días de aislamiento, también teníamos planes, pero la cuarentena se extendió. Y de seguro ahora seguimos planeando que haremos cuando termine está cuarentena, y quién sabe se vuelva a extender.
En medio de lo que parecía alegría y festín, todo planeado por el rey Asuero, algo inesperado sucedió, su esposa rehusó presentarse delante de él. Y en nuestros planes de este año 2020, aparentemente organizado y pronto a realizar, sucedió algo inesperado, la cuarentena llegó.
No somos dueños del tiempo y mucho menos de lo que pueda pasar en el futuro. Nuestras vidas son imprevisibles, y es en esos momentos en los que Dios quiere actuar en tu vida y en la mía. Tal vez tú ya tienes algo planeado, tal vez ya sabes cómo es que va a ocurrir o cómo quieres que ocurra. Pero no amarremos a Dios a nuestros planes o acciones. Dejemos que Dios sea Dios, y actúe por acciones que no esperamos, por hechos imprevisibles.
No elijas cuando entregar tu vida enteramente a Dios, hazlo ya, pues los sucesos futuros no nos pertenecen. Jesús está volviendo por segunda vez, y quiere encontrarse contigo y conmino.
Escrito por:
Jahzeel Erick Vidal Trujillano
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