“Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones”. (Jeremías 1:5 NVI). Este es uno de los versículos más bonitos de la Biblia, pues se nos hace notar la gran importancia que Dios tiene por cada uno de nosotros. Dios no espera a que nazcamos o a que seamos personas grandes para considerarnos dentro de sus maravillosos planes. El texto dice: Antes de formarte en el vientre “Dios ha asignado a toda persona un lugar para trabajar y una responsabilidad en su gran plan (ver PR 393; PVGM 262)”.[1]
Dios nos declara como suyos; en fin, ese siempre será su propósito. Hay muchas personas que se auto destruyen pensando que su vida no tiene ningún valor; pero el texto bíblico es claro al decir que Dios nos elige, incluso antes de nacer. Si estás pensando que tu vida no tiene sentido, ahora puedes comprender que hay un propósito especial para ti. Jeremías fue elegido para ser profeta a las naciones; tú y yo no estamos lejos de esta responsabilidad, pues en Mateo 28:19, se nos encomienda una gran misión.
“Al nacer, todos los hombres están dotados de ciertas posibilidades, pero ellos son responsables de desarrollar plenamente esas aptitudes. Del mismo modo, Dios hoy tiene un plan para cada persona. 'El lugar específico señalado para nosotros en la vida es determinado por nuestras aptitudes' (La educación, 259). Debemos descubrir cuál es ese lugar y procurar cumplir el propósito y el plan que Dios tiene para con nosotros”.[2]
¿Cuál es mi llamado? ¿Qué es lo que Dios espera de mí? Son quizás las preguntas más frecuentes en la mente de cada persona. Seguro estarás pensando ¿Cómo sabré yo? ¿Soy acaso capaz de saber lo que Dios piensa? Debemos dejar algunas cosas en claro, para entender el propósito de Dios es necesario primero conocerlo, y eso se logra a través del estudio diario de su palabra. Pero también, debemos entender que los pensamientos divinos están por encima de los nuestros (Isaías 55:8-9) y es por esto que muchas veces pensamos que Dios no nos entiende o que quizás Dios no sabe lo mejor, pero en realidad no es así.
PR Profetas y reyes PVGM Palabras de vida del gran Maestro [1] Francis D. Nichol y Humberto M. Rasi, eds., Isaías a Malaquías, trans. Victor E. Ampuero Matta y Nancy W. de Vyhmeister, vol. 4, Comentario Biblico Adventista del Séptimo Día (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995), 390. [2] Francis D. Nichol y Humberto M. Rasi, eds., Isaías a Malaquías, trans. Victor E. Ampuero Matta y Nancy W. de Vyhmeister, vol. 4, Comentario Biblico Adventista del Séptimo Día (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995), 390.
Escrito por:
Bryan Daniel Quispe Cipriano
Stanic Misael Coronel Goicochea
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